El trapecio del coche es una pieza clave en el sistema de suspensión de nuestro vehículo. Nos asegura el control de este y una dirección adecuada. Por eso, conviene saber cuándo debemos cambiarlo y cómo realizar su mantenimiento correctamente. En M. Conde Ocasión te contamos qué es y para qué sirve esta pieza. ¡Toma nota!
¿Qué es el trapecio del coche?
Se trata de una pieza formada por dos brazos triangulares que se articulan gracias a la base que poseen en la carrocería. En cada uno de sus brazos encontramos incorporadas unas rótulas que facilitan la suspensión.
El trapecio del coche se encuentra situado en la unión entre la mangueta y el chasis del coche. Es una pieza metálica que incorpora unos casquillos elásticos llamados silent blocks.
¿Qué función tiene?
El trapecio del coche, también conocido como brazo de suspensión, es una de las piezas fundamentales en el sistema de suspensión del vehículo. Su principal función es garantizar la estabilidad y el control, especialmente cuando el coche circula por terrenos irregulares o en mal estado (punto que impacta directamente en los neumáticos). Esta pieza actúa absorbiendo los movimientos verticales que se producen cuando los neumáticos hacen contacto con un asfalto deteriorado, baches o cualquier irregularidad en la carretera.
Además, el trapecio conecta el chasis con las ruedas, permitiendo que estas mantengan la alineación correcta y una adecuada adherencia al suelo. De esta forma, se reducen los impactos directos sobre otras partes del vehículo, como los amortiguadores o los neumáticos, prolongando su vida útil y mejorando el confort en la conducción.
Partes del trapecio de un coche
Los componentes principales del trapecio del coche, desempeñan roles específicos dentro del sistema de suspensión para garantizar una conducción estable y segura. Aquí te explicamos sus funciones clave:
El brazo del trapecio: este es el componente estructural que conecta el sistema de suspensión al chasis del vehículo. Su diseño permite que las ruedas mantengan la posición correcta durante el movimiento, proporcionando estabilidad tanto en línea recta como en curvas. Es un elemento esencial para garantizar la integridad del sistema de suspensión.
La rótula del trapecio: se encuentra en los puntos de conexión y es crucial para aportar movilidad y flexibilidad al trapecio. Esta pieza permite que el brazo de suspensión pivote en las diferentes direcciones requeridas, adaptándose a los cambios de dirección del volante y a las irregularidades del terreno.
El paralelo del trapecio: este componente contribuye directamente al control de la dirección del coche. Gracias al paralelo, el vehículo puede mantener un trayecto recto sin desviaciones, reduciendo el riesgo de perder el control al tomar curvas o transitar por terrenos irregulares.
Los silent blocks del trapecio: son piezas de goma o caucho que amortiguan las vibraciones que llegan al trapecio desde los neumáticos al rodar sobre el asfalto. Estos elementos no solo aumentan el confort en la conducción, sino que también reducen el desgaste de las demás partes del sistema de suspensión.
El mantenimiento de cada uno de estos componentes es fundamental para el correcto funcionamiento del trapecio de suspensión y para evitar problemas que puedan comprometer la estabilidad del vehículo y la seguridad del conductor.
¿Qué problema podemos encontrar en estas piezas?
El problema más común son los silent blocks desgastados. Esto es muy común porque son piezas sometidas a mucha tensión y con el paso del tiempo y de los kilómetros van desgastándose. Están situados en el triángulo de esta pieza y muchas veces es necesario sustituirlos. Para valorar esto, debemos ver si el coche tira de un lado al intentar frenar y del lado contrario al acelerar.
Si se daña el brazo, cosa muy común también, debemos cambiarlo por completo. Podemos detectar este problema si hay ruidos al girar el volante. Aunque lo más probable es que tengamos problemas de control.
Si es la rótula es la que se ha roto, no hará falta cambiarlo todo, únicamente habrá que cambiar la rótula dañada.
Y, por último, en el caso del paralelo, tendremos problemas de dirección, es decir, aunque el volante vaya recto, el coche se desviará. En este caso también deberemos cambiarlo todo.
Trapecio del coche precio
El precio de reparar el trapecio dependerá de si hay que cambiarlo entero o solo algunos de sus componentes. También puede cambiar según el modelo del coche que tengamos. Pero, como norma general, cambiar este componente puede variar entre unos 120 euros. Por otro lado, cambiar los silent blocks, la avería más habitual, puede variar desde los 30 € a los 50 €, dependiendo del modelo.
¿Qué vida útil tienen?
Los silent blocks del coche pueden durar entre los 120.000 y los 150.000 kilómetros. Esto dependerá del grado del desgaste al que se sometan durante la conducción. El resto de la pieza no tiene una duración exacta, conviene revisarlo durante el mantenimiento, pero solo se cambiará si tiene alguna avería que requiera cambiar la pieza al completo.
Ante cualquier duda, acude a nuestros profesionales de M.Conde Ocasión y ellos te ayudarán con cualquier problema que presente tu vehículo. ¡Ven o ponte en contacto con nosotros!
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